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Norma ISO para la conservación del huevo

por Loizaga | 17 septiembre 2008

huevosHace tiempo hablábamos aquí del huevo y de su demonización y fatal persecución, cual inquisición española.

Hoy gracias a los compañeros de Gastronomía&Cía tomamos prestados unos interesantes consejos para desterrar algunos temores y llevar a cabo tranquilamente esta importante misión de conservación.

Los huevos deben mantenerse en un sitio fresco, seco y a temperatura constante, y esto se consigue en el frigorífico. Una vez que los compramos debemos guardarlos en la cámara inmediatamente y preferiblemente en el departamento que está destinado a ese fin. Suele estar en la puerta, una de las partes menos fría, además en un departamento aislado que se mantiene seco y evita la contaminación cruzada con otros alimentos.

Es muy importante evitar los cambios bruscos de temperatura en este alimento, pues si se dan, se puede provocar la condensación de agua en la cáscara y así aumenta el riesgo de contaminación, propiciado por el aumento de humedad, y por consiguiente la multiplicación de gérmenes.

Es recomendable no sacar los huevos del frigorífico hasta el momento de usarlos, sobre todo en verano, y lavar y secar la cáscara justo antes cascarlos para cocinar. Por el contrario, lavarlos antes de guardarlos hace que se destruya la fina película protectora de la cáscara y con ello se permita la entrada a microorganismos no deseados.

Más información en: Consumer

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