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Degustando Churrasquerías Brasileñas

por lucce | 27 marzo 2009

Señal para seguir comiendo carne en el BabagulaDías antes de nuestra marcha a Brasil, estuve con el compadre Loizaga echando unos vinos y celebrando el carnaval. Como ya sabía que mi compañero de columna había estado en el mencionado país, le pedí consejos sobre diferentes aspectos, entre ellos, claro está, el gastronómico.

Así, además de insistir en que probásemos la Feijoada (a pesar de que sabe que las alubias y todas las legumbres sucedáneas no son muy de mi agrado), Loizaga también hizo especial hincapié en que acudiésemos a las Churrasquerías. Según nos explicó, se trata de un restaurante típico brasileño en el que el plato principal es la carne de diferentes orígenes, presentada de diversas formas y todo ello en la modalidad de buffet libre.

Además, nos dijo que en las que él había estado, no sólo la carne era servida como buffet, si no que también se disponía de otro tipo de platos de self-service previos al verdadero protagonista del establecimiento. Aún así, nos aconsejó que, si también nosotros contábamos con ese self-service previo, no le hiciésemos demasiado caso y nos centrásemos en la carne, producto para Loizaga buenísimo, comparable, en su opinión, a las parrilladas argentinas aunque éstas sean más conocidas en todo el mundo.

La verdad es que con todo lo que nos dijo mi amigo sobre las churrasquerías, una vez que hemos estado en dos de ellas, no me queda más que corroborar lo contado hasta el momento. Efectivamente, también tuvimos ese buffet previo, pero, siguiendo sus indicaciones, no le hicimos demasiado caso.

Efectivamente también, la calidad de las carnes era espectacularmente buena. Era servida en mesa por unos amables camareros que iban cortando raciones de cada especialidad, casi 25 de ellas por cierto, entre las que podemos encontrar carnes tradicionales brasileñas como Picanha, Maminha, Cupim, Filé Mingon, Alcatra (hablamos, de vaca, ternera, cerdo, cordero, pollo… cocinados de diferentes formas) y pierna de cordero, costilla de cerdo, muslos de pollo… Todo ello hecho a la parrilla, asado… Simplemente delicioso y fantástico.

Destacar que, como ya nos dijo Loizaga, la calidad de la carne (sobre todo de algunas de ellas) era extraordinaria, con un intenso sabor y una cremosidad que hacía que algunas piezas se deshiciesen en la boca. De las mejores carnes que he probado nunca y eso que, como ya saben los habituales, uno es un carnívoro de pro.

Detalle decorativo del restaurante Zozô

Con todo, los dos establecimientos en que estuvimos también fueron fantásticos. El primero de ellos fue el Zozô en Río de Janeiro, concretamente en la zona de Urca, a los pies del Paô de Azucar. Además del buffet libre y el churrasco, cuyas características fundamentales ya las hemos comentado, el Zozô contaba con una decoración que, en mi humilde opinión, evocaba a la grandiosidad de la naturaleza brasileña, con motivos arbóreos, ramas, etcétera… y bonitas pinturas. Además, toda la pantagruélica cena estuvo ambientada con una bonita sesión de bossa nova que hizo que la noche fuese aún más inolvidable (aunque todavía lo superamos a posteriori con nuestra visita al sambódromo para observar el desfile de las seis mejores escuelas de samba de Río. Sin palabras)

El segundo restaurante que visitamos y que contaba con la oferta de churrasquería fue el Babagula en la preciosa ciudad de Salvador. Personalmente, el establecimiento en sí me gustó menos que el anteriormente descrito e incluso diría que la carne estaba mejor en el primero, si bien en ambos sitios fue buenísima. A pesar de ello, en el Babagula vivimos otro de los grandes (y afortunadamente numerosos) momentazos de nuestro viaje brasileño: una muestra de la cultura afro-brasileña en forma de danzas, ritos religiosos y capoeira. Creo que este es el verdadero atractivo de este restaurante: sus espectáculos, lo cual, insisto, no desmerece en absoluto la calidad de su oferta gastronómica.

Señal para que no te sirvan más carne en el BabagulaEn fin, sólo me queda comentarles que la imagen que encabeza esta entrada (la de en medio corresponde al restaurante Zozô) es una especie de señal que se colocaba encima de la mesa de la churrasquería (en este caso en la de Babagula) y servía para indicar si querías que te siguieran sirviendo carne (en verde, la mostrada arriba) o si, por el contrario, preferías detener, de forma muy agradecida, la ingesta de este alimento (en rojo, a la derecha de este párrafo)

Espero haberles explicado bien, con todo, el concepto de estos especiales sitios. Si no ha sido así (ésa es mi sensación) no duden en acudir al espacio destinado a los comentarios y pregunten lo que consideren necesario. Moito obrigado!!

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Un Comentario en “Degustando Churrasquerías Brasileñas”

  1. Los Casqueros que Amamos la Casquería | Degustalo, gastronomia, vinos y delicatessen dice:
    31 marzo 2009 a las 8:01

    [...] explicaba Ana a sus amigas lo bien que lo pasamos en Brasil y como disfrutamos jalando en las Churrasquerías; que si carnes de todo tipo, pollo, ternera, solomillo, corazón… He aquí que buena parte de [...]

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